Un asesor contable en Madrid es un profesional especializado en asuntos financieros. Sobre todo en los relacionados con las empresas. Por eso, si eres autónomo, te puede venir bien contar con sus servicios, puesto que sus conocimientos y su experiencia pueden contribuir a mejorar tu negocio.

Una buena manera de optimizar los esfuerzos

Si contratas un gestor experto en contabilidad privada, vas a tener disponible todo tu tiempo para hacer grande tu empresa. Ten en cuenta que el empresario medio no suele contar con las nociones más avanzadas en materia contable. Por lo tanto, se le puede hacer cuesta arriba la gestión de los estados financieros de su negocio.

Así que externalizar el servicio de la contabilidad resulta muy útil para poder dedicar los mayores esfuerzos a los asuntos propios de la firma, en los que el empresario sí que es un especialista.

La importancia de dejar la contabilidad en buenas manos

El desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento. Esta afirmación es también aplicable al ámbito de la contabilidad, en el que, como empresario, vas a tener que presentar información precisa y completa de los estados financieros de tu empresa.

Por lo tanto, requieres un asesoramiento especializado que te permita presentar en tiempo y forma los documentos que te soliciten las Administraciones Públicas. De lo contrario, te expones a sanciones económicas y de diversa naturaleza.

 

 

Si confías la contabilidad de tu firma en unos servicios externalizados, no tendrás que preocuparte por la legalidad del depósito de tu documentación contable, por ejemplo, en el Registro Mercantil correspondiente.

Un ahorro de tiempo y dinero

Apostar por la delegación de los trámites contables, además, implica un considerable ahorro de tiempo y dinero. Sin ir más lejos, frente a la alternativa de tener en nómina un trabajador que ejerza las funciones de contable. Entre otras cosas, externalizar conlleva que no tendrás que hacer frente a los pagos de la Seguridad Social de este empleado.

Tendrás, por otro lado, un acceso siempre cercano y solícito. En este sentido, ha de existir la mayor fluidez en la transmisión de información entre el contable y tú. Recuerda que requerirá datos veraces y exhaustivos para poder presentar los documentos contables en regla. Puedes tener plena confianza en él, puesto que trabajará con arreglo a estrictas reglas de confidencialidad.

En las asesorías contables se dispone de las más modernas tecnologías, como los softwares para las cuentas, que optimizarán todos los trámites necesarios. Y acuérdate de que los gestores contables están al tanto de las subvenciones a las que puedes optar y las medidas que, en relación con el pago de impuestos, rentabilizan tus diferentes operaciones.

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Las cuentas anuales como unos ejemplos de sus aportaciones

La presentación de las cuentas anuales, además de obligatoria, te va a convenir por el hecho de que suponen una auténtica carta de presentación de tu empresa. Proporcionan la información económica principal de tu firma, la cual puede ser esgrimida cuando tengas que negociar, entre otros, con un banco al que vas a pedir un préstamo o un crédito, otra empresa con la que quieras fusionarte o una Administración Pública a la que quieras solicitar una ayuda.

Más contribuciones de los asesores contables

En las siguientes líneas te presentamos brevemente otros servicios que te prestan estos profesionales. Toma nota de ellos.

  • Analizar ingresos y gastos.
  • Preparar cuentas de resultados.
  • Organizar balances.
  • Sugerir estrategias para que el negocio crezca.
  • Asignar archivos y proponer amortizaciones.

En definitiva, un técnico contable te descargará de trabajo y hará tu empresa más competitiva, por lo que vale la pena elegir a uno con reputación.

Las empresas y autónomos tienen que plantearse el contar con un asesor fiscal para poder mejorar su rentabilidad. Si te lo estás pensando, te damos algunos motivos para que tomes la decisión de trabajar con estos profesionales.

¿Por qué trabajar con un asesor?

La asesoría es una profesión que está ligada a dos cuestiones. En primer lugar, la creciente complejidad de la fiscalidad española. El segundo motivo está relacionado con las infraestructuras de las PYMES y autónomos, por lo general limitadas para asumir esta función.

Lo cierto es que la inmensa mayoría de los autónomos prefieren delegar estas funciones. El objetivo de este profesional, pues, es aportar soluciones ante esta situación.

Los asesores fiscales son profesionales que pueden ayudar de varias maneras a las empresas. Su función es preventiva porque nos dicen cómo pagar menos impuestos, pero también pueden defender nuestros intereses ante la Agencia Tributaria. Lo normal es que sean personas con estudios de Economía o Derecho enfocado a la rama económica.

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¿Y cómo pueden ayudar estos profesionales? En realidad, lo pueden hacer de varias maneras. Vamos a comprobarlo:

1. Asesoramiento legal

Los asesores fiscales ofrecen un asesoramiento legal acerca de todas las obligaciones que tienes como autónomo, tanto en pago de impuesto como en el envío de declaraciones censales. Muchos profesionales desconocen sus obligaciones tributarias y eso supone a medio plazo un problema importante. El conocimiento de la legislación te permitirá anticiparte y planificar mejor tu tiempo.

Es importante señalar que, en España, son varios los organismos públicos que cobran impuestos. El principal organismo recaudador es la Agencia Tributaria, pero también están las Comunidades Autónomas, los ayuntamientos y, por delegación, las Diputaciones Provinciales.

 

¿Por qué trabajar con un asesor?

 

2. Liquidación de los impuestos

La información sobre los tributos te da todas las claves de qué impuestos tienes que pagar y con qué frecuencia. Los asesores fiscales pueden encargarse, también, de presentar las liquidaciones de tributos en tiempo y forma. No te tendrás que preocupar de esas gestiones que, en condiciones normales, son complejas.

Las liquidaciones tributarias tienen que seguir un determinado calendario. No en vano, has de tener en cuenta que pagar un impuesto fuera de hora supondrá un problema importante, ya que te expondrás a sanciones.

3, Ahorro económico

Una de las principales ventajas que tienes de trabajar con asesores fiscales es el ahorro económico. Como estarás informado de cómo pagar menos impuestos, presentarás liquidaciones y, por otra parte, presentarás las declaraciones y liquidaciones de tributos ajustadas a derecho. Esto te permitirá ahorrar un buen dinero porque muchos profesionales pagan más porque desconocen sus derechos.

El ahorro económico se generará a corto, medio y largo plazo. En primer lugar, por el hecho de que vas a pagar una menor cantidad. En segundo lugar, porque ganarás en planificación y eso redundará en que puedas pagar lo que te corresponde.

4. Ahorro de tiempo

Externalizar los servicios de asesoría fiscal es una buena manera de ahorrar tiempo. Este aspecto es fundamental para las PYMES y autónomos porque así se pueden centrar en su trabajo ordinario. La idea es que sea más fácil gestionar estas tareas y que, por lo tanto, tardes menos en solucionarlas. Hay que pensar que los profesionales tienen que centrar sus esfuerzos en lo realmente importante.

La delegación de funciones en un tercero es una cuestión de eficiencia económica que te interesa.

Si buscas un asesor con garantías, hoy te podemos echar una mano. Este profesional te permitirá ir un paso por delante de la competencia y tener el pago de los impuestos al día.

Conocer sus normas básicas y saber calcular el despido procedente e improcedente es fundamental. No en vano, esto te permitirá conocer cuáles son tus obligaciones y cómo cumplirlas. El artículo te explica las diferencias y qué hay que tener presente al hacer el cálculo.

Cómo calcular la indemnización de los despidos

El Estatuto de los Trabajadores establece tres tipos de despido: procedente, improcedente y nulo. Los despidos procedentes son aquellos que se ajustan a derecho. El despido improcedente, sin ajustarse totalmente a la normativa, no es ilegal. Los despidos nulos son ilegales y exigen la readmisión del trabajador.

El modo de calcular los despidos está condicionado por el motivo que los ha originado. Hay despidos procedentes que reconocen el derecho a indemnización y otros que no. En cambio, en el despido improcedente el trabajador siempre tendrá derecho a cobrar una compensación.

Vamos a explicar cómo hacer el cálculo de las indemnizaciones en cada uno de los casos. La indemnización se tiene que pagar cuando se notifica el despido. Y, cuando se entregue la indemnización, también se tiene que entregar el finiquito, que incluirá las vacaciones no disfrutadas y la parte proporcional de las pagas extraordinarias.

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El despido procedente

El despido procedente puede ser disciplinario o por causas objetivas. En el primer caso, no se ha de pagar ninguna indemnización. El segundo caso sí establece el derecho a cobrar para el trabajador, porque se entiende que no ha habido un incumplimiento.

La indemnización del despido procedente es de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Lo cierto es que este caso suele darse en cierres empresariales, EREs o por reestructuración tecnológica.

 

Cómo calcular la indemnización de los despidos

 

En primer lugar, se calculará el salario diario y, a partir de ahí, se multiplicará por 20. Posteriormente, por el número de anualidades que correspondan. El número de anualidades no puede exceder las 12.

Despido improcedente

El despido improcedente es el que no se considera ajustado a derecho. Si bien se puede llevar a cabo, hay una penalización por ello. No lo tienes que confundir con el despido nulo, que obliga a la empresa a la readmisión del trabajador.

El cálculo de un despido improcedente es de 33 días por año trabajado. Hay un máximo de 24 mensualidades a cobrar, aunque hay excepciones. Las personas que fueron contratadas de forma indefinida antes de febrero de 2012 tienen derecho a que, hasta esa fecha, se les pague 40 días por año trabajado.

Por ejemplo, un despido improcedente de una persona contratada en 2007 tendría dos sumas. Lo primero, multiplicar el salario diario por 40 y, posteriormente, por el número de anualidades hasta febrero de 2012. El resto de la indemnización se calculará multiplicando el salario diario por 33 y el resultado por el número de anualidades.

¿Cuál es el protocolo para un despido?

Lo primero que hay que tener presente cuando se vaya a realizar un despido es recopilar pruebas. El despido se tiene que justificar y ha de ser notificado en tiempo y forma. Salvo en casos de despido disciplinario, debe haber un preaviso de 15 días. La notificación del despido ha de ser por escrito.

El trabajador tiene la obligación de firmar la carta de despido conforme se le ha notificado para cobrar el finiquito y la indemnización, aunque tiene derecho a hacer constar en su escrito su no conformidad.

Finalmente, hemos de decir que el plazo de reclamación de un despido improcedente es de 20 días. Si pasado este tiempo no ha habido reclamación, se considerará válido.

Ahora conoces más a fondo los casos de despido procedente e improcedente, su casuística y su procedimiento. Aun así, es conveniente que cuentes siempre con un asesor laboral para evitar problemas.

La responsabilidad de fichar en el trabajo quedó establecida para las empresas partir del 12 de mayo de 2019. Es bueno que sepas que esta obligación tiene contrapartidas y que está teniendo problemas prácticos de implementación. El artículo hace hincapié en estas situaciones que se han generado.

La obligatoriedad de controlar la jornada de trabajo

El Real Decreto 8/2019 estableció para las empresas la obligatoriedad de controlar el tiempo de jornada laboral de manera fehaciente. La responsabilidad, pues, quedó fijada para el empresario. Si la empresa no establece controles de jornada laboral, se expone a sanciones de hasta 6.250 euros.

Tienes que saber que la normativa no hizo sino ahondar en lo que ya dictaminaba la jurisprudencia. En algunos casos, ya se obligaba a registrar el horario para calcular las horas extra. Hoy esta obligación se ha generalizado para todos los negocios, con independencia de su tamaño. Si se trabajan horas de más, la empresa tiene la obligación de pagarlas como horas extra. Es bueno que tengas en cuenta esta situación para que no haya ningún tipo de problema.

Ahora bien, la obligación del registro horario también implica a los trabajadores. En caso de retrasos, la empresa tiene derecho a descontar los minutos no trabajados sin necesidad de reubicar. Esto obliga, pues, a que se cumplan religiosamente los horarios.

Los problemas de implementación de la nueva normativa

El problema radica en que no es tan sencillo generalizar el control horario. Hay varias empresas que, por sus características, tienen más difícil establecer el sistema. Este es el motivo por el que Trabajo ha ofrecido un periodo transitorio de adaptación y, por el momento, no multará. Los problemas más habituales de las empresas para la implementación práctica son los siguientes:

1. Soportes

Lo normal es que los controles horarios se hagan sobre soportes digitales. Ahora bien, en un primer momento ha habido empresas que han optado por la vía manual por falta de recursos. Esto supone que, hasta que se generalice el uso de los software de control horario, puede haber disfunciones.

 

La obligatoriedad de controlar la jornada de trabajo

 

El principal problema está en pequeños negocios o comercios que aún no actuaban de forma 100 % digital. Esta situación tiene que ser, pues, un aliciente para que realicen ya la transición.

2. Aumento de la burocracia

El registro horario supone, de forma directa, un aumento de la burocracia. Si eres autónomo o tienes una PYME, estás obligado a guardar los datos del registro durante 4 años. Las empresas tienen que proporcionar esta información a trabajadores, Inspección de Trabajo y sindicatos.

La consecuencia práctica de esta circunstancia es que has de contar con un sistema digital de almacenamiento. Otro aspecto importante es que el mismo sistema ha de ser de fácil acceso para facilitar información cuando la soliciten.

3. Incertidumbre por la protección de datos

Los datos de registro de jornada laboral son una información sensible y susceptible de ser preservada. Sin embargo, te sorprenderá saber que la normativa no dice nada al respecto. Esto ha creado una inseguridad jurídica porque lo que queda es recurrir a la norma genérica. Eso sí, ten en cuenta que no tienes la seguridad completa de que no te vayas a equivocar porque hay un margen de interpretación.

 

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Lo más previsible, como ha sucedido en otras ocasiones, es que sea la jurisprudencia la que acote los ámbitos. Es bueno que tengas presente esta circunstancia para atender a las variaciones normativas.

La responsabilidad de fichar en el trabajo ha generado varias situaciones complicadas. Si eres profesional o autónomo, es bueno que cuentes con un asesor laboral.

La indemnización despidos improcedentes está, en principio, exenta del pago de impuestos. Lo que sucede es que ha habido varios casos de fraude de ley en el cobro de la indemnización. Te explicamos cuál es el criterio judicial al respecto para que, cuando te asesores, lo tengas en cuenta.

El cobro del IRPF en la indemnización despidos improcedentes

La tendencia de muchos patronos y obreros era pactar el despido, pero haciéndolo pasar por improcedente. El resultado es que el trabajador cobraba la máxima indemnización y no tenía que pagar liquidación por IRPF. Este aspecto es muy importante porque supone un ahorro para la empresa y para el trabajador. No ha de extrañar, pues, que esta práctica haya sido habitual durante años.

Hay que decir que este limbo legal ha estado tolerado por la Agencia Tributaria, de manera que se utilizaba como forma de viabilizar prejubilaciones, sobre todo en despidos colectivos. Las primeras sentencias que hablan de irregularidades son relativamente recientes y en 2019 se han generalizado. Los tribunales están estableciendo baremos para determinar si el despido lo es o no.

Uno de los problemas del antiguo sistema es que era difícil detectar las bolsas de fraude. Hay que tener en cuenta que este despido se pacta ante el determinado Servicio de Mediación y Arbitraje de la Comunidad Autónoma. En consecuencia, para captar que ha habido un pacto en el despido, han de concurrir otras circunstancias que te muestren que ha habido un acuerdo.

Tradicionalmente, el pacto entre empresa y trabajador se utilizaba cuando al segundo le faltaba poco tiempo para jubilarse. La idea era acordar un despido que cubriese la indemnización solo hasta la jubilación para enlazarla con el correspondiente subsidio.

 

El cobro del IRPF en la indemnización despidos improcedentes

 

La jurisprudencia de la sala del Tribunal Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional

La Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (35/2006) establece que las indemnizaciones por despido están exentas de indemnización, siempre que este no surja de un pacto o acuerdo.

Según la Audiencia Nacional, en estos casos no hay un despido, sino un acuerdo voluntario de extinción laboral. La sentencia de 6 de febrero Rec. 326/2016 incide en la necesidad de implementar cambios y de cobrar impuestos cuando la indemnización es un acuerdo y no un despido. Hay varias maneras de comprobar si el despido es en realidad un acuerdo entre las dos partes; estos indicios son destacables:

  1. Cuando los trabajadores tienen una edad superior a los 62 años. Este es uno de los indicios más evidentes si concurren otras circunstancias porque la edad de jubilación está próxima.
  2. Cuando la indemnización se ajusta al tiempo que queda para la jubilación, y no a los años trabajados de forma efectiva. Lo normal sería que se pagase la indemnización según los baremos que hay por año trabajado.
  3. La empresa alega que tiene que reducir costes laborales y lo hace constar en un documento. Este aspecto es fundamental porque es una pista de que hay una intencionalidad económica en el despido y no incompetencia.
  4. Si ha habido varias personas despedidas por este motivo, todos han suscrito el mismo documento. Es evidente que este aspecto hace sospechar que el despido ha sido un pacto.
  5. La empresa reconoce la improcedencia del despido en la liquidación, de manera que renuncia a litigar.
  6. No hay una carta de despido y la extinción del contrato es verbal. El fin de la relación laboral se formaliza en el Servicio de Mediación.

La indemnización despidos improcedentes ha sido puesta en tela de juicio por su tributación. Conocer la jurisprudencia es sumamente importante porque, así, te ahorrarás situaciones desagradables.

Si eres trabajador por cuenta propia, también necesitas una asesoría laboral para autónomos. Con el apoyo de esta, tendrás mayor información sobre lo que te conviene cotizar y, si cuentas con empleados, también cumplirás con las leyes en lo que a estos respecta.

Ventajas para el autónomo de contar con una asesoría laboral

Como trabajador autónomo, estás obligado a cumplir las normas de la legislación laboral para ti y tus trabajadores, si los tienes. Por ello debes estar buen respaldado por profesionales. Estos te proporcionarán la tranquilidad de estar haciendo las cosas bien. Algunas de las ventajas que te aporta una asesoría laboral como autónomo son las siguientes.

1) Asesoramiento para tu jubilación

Dentro del colectivo de autónomos existen varios niveles de cotización. Y un despacho laboral te orientará desde el primer día de tu actividad sobre la que más te conviene aportar para tu jubilación. E igualmente acerca de si debes incrementar esa cotización para obtener la paga que deseas cuanto te retires.

2) Ayuda para que cumplas las leyes laborales con tus empleados

La legislación laboral es amplia y, en ocasiones, un tanto complicada. Especialmente en lo que respecta a los trabajadores por cuenta ajena. Pero, si tienes algún empleado a tu cargo, una asesoría laboral te dará todas las explicaciones y consejos que necesites para que lo tengas correctamente dado de alta y amparado por la Seguridad Social.

 

Ventajas para el autónomo de contar con una asesoría laboral

 

3) Elaboración de contratos, nóminas y seguros sociales

En relación con lo anterior, todos los trabajadores por cuenta ajena deben tener un contrato y recibir una nómina mensualmente. Y especialmente esta última no es fácil de hacer. Esto se debe a que, para que la nómina esté correcta, deben incluirse una serie de retenciones y pagos especiales.

Una asesoría laboral se encarga de redactar todos estos documentos para ti. Y otro tanto puede decirse de los que debes presentar todos los meses como cotización a la Seguridad Social.

Una correcta presentación de los citados documentos puede ahorrarte mucho dinero. Y ello por dos motivos: porque tu asesor siempre te recomendará las condiciones más ventajosas para ti y, además, porque te evitará posibles sanciones de la Administración.

4) Elaboración de todas tus declaraciones tributarias en materia laboral

Tema aparte son tus obligaciones tributarias en materia laboral. Como autónomo, tendrás que presentar declaraciones trimestrales de IRPF e IVA, así como resúmenes anuales. De todo ello se encarga igualmente una asesoría laboral.

5) Aviso de subvenciones y ayudas

La precariedad del mercado laboral hace que cada poco tiempo aparezcan subvenciones y otro tipo de ayudas a la contratación. Si cuentas con una asesoría laboral, esta se encargará de avisarte cuando alguna de ellas encaje con el perfil de tu negocio.

Imagina el ahorro de tiempo que te supone no tener que estar buscando estas ayudas por tu cuenta. Y también el beneficio económico que tendrás si te las conceden.

6) Tranquilidad, apoyo y ahorro de dinero

Quizá este punto sea el más importante de todos en lo que a tener asesoría laboral se refiere. Como autónomo, bastante tienes con desempeñar tu trabajo y mantener tu negocio a flote.

Por eso, cualquier apoyo que tengas es bueno. Este te lo brindará una asesoría laboral. Y además, como se encargará de hacer todos tus documentos legales, ahorrarás el dinero que te costaría tener una persona en nómina para realizarlos. E igualmente evitarás sanciones y, en definitiva, ganarás en tranquilidad.

En conclusión, tener una asesoría laboral resulta básico para los autónomos. Es la manera de que cumplas todas tus obligaciones en esta materia. E incluso de que sepas con antelación cuáles serán las condiciones económicas de tu jubilación.

Se aproxima el último trimestre fiscal del año. Si eres autónomo o tienes una sociedad limitada es el momento en que te das cuenta de que vas a tener que pagar muchos impuestos. No obstante, hay algunas medidas que todavía puedes tomar para cumplir con las leyes y pagar menos.

¿Qué puedes hacer para reducir tus impuestos dentro de la Ley?

Las normas fiscales en nuestro país te permiten acogerte a diferentes deducciones a la hora de declarar tus ingresos. Y también realizar otras operaciones que te evitarán pagar tantos impuestos. Entre ellas, pueden mencionarse las siguientes:

1. Invierte en un plan de pensiones

La gran baza como producto de ahorro a largo plazo que te ofrecen los planes de pensiones no es su rentabilidad. Son los beneficios fiscales que llevan aparejados. Concretamente, puedes desgravar todo lo aportado a ellos durante el año de tu base imponible de ganancias.

Explicado con un ejemplo, si has ganado 40.000 euros este año y aportas 6.000 a un plan de pensiones, puedes restar esta última cantidad de la primera. Con ello además tienes la posibilidad de bajar de tramo de cotización, con lo cual tu ahorro será doble.

Como sabes, el de la renta es un impuesto progresivo que funciona por tramos. Cuanto más alto sea el tuyo, más porcentaje de tus ingresos tendrás que pagar. Por tanto, un plan de pensiones te puede ayudar a pasar de ese tramo al inferior.

 

 

2. Deduce por tus gastos como profesional

Si eres autónomo, te interesa saber que las cuotas a colegios profesionales y a sindicatos son deducibles. También si has tenido algún tipo de gasto en abogado o procurador por un juicio laboral puedes descontarlo. Incluso son deducibles las donaciones a entidades sin ánimo de lucro.

3. No olvides las deducciones autonómicas

Cada autonomía tiene sus propias deducciones en el Impuesto sobre la renta. Aspectos como la guardería de tus hijos o sus gastos de transportes son algunos ejemplos de ellas. Por eso, consulta a tu asesor las deducciones que ofrece tu comunidad autónoma.

4. Las pérdidas compensan las ganancias

Si has perdido dinero con alguna inversión, te servirá para compensar tus ingresos. Más aún, esas pérdidas pueden compensarse durante los cuatro años siguientes a aquel en el que se han producido. Por ello, para rebajar tu tarifa fiscal, revisa si has tenido alguna mala inversión en ese tiempo.

Del mismo modo, para no pagar tantos impuestos puedes dejar dividendos sin cobrar. O también obtenerlos en forma de acciones. Tendrás que pagar por ellas cuando las vendas, pero habrás conseguido diferir ese pago en el tiempo.

5. Invierte en empresas nuevas

La inversión en empresas de nueva creación cuyo capital social no supere los 400.000 euros tiene una exención del 20 % sobre la cantidad aportada. Por ejemplo, puedes crear una sociedad con un socio que ejerza de administrador de la misma.

La complejidad del Impuesto de Sociedades

Más complicado es reducir pagos a Hacienda si tienes una sociedad. Porque este impuesto no señala explícitamente qué gastos son deducibles, sino aquellos que no lo son. Por ejemplo, los dividendos obtenidos, las multas y sanciones o los gastos en algunas donaciones.

 

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No obstante, de la lectura de la ley pueden extraerse algunos gastos que sí son deducibles. Por ejemplo, podrás descontar en tu empresa los derivados de investigación e innovación, los incentivos a la inversión o los gastos de formación. Y también los que se deriven de la creación de empleo e incluso las inversiones encaminadas a mejorar el medio ambiente.

En conclusión, aunque te encuentres en el último trimestre del ejercicio, todavía puedes hacer cosas para reducir tus pagos a Hacienda. Lógicamente, siempre dentro de la más estricta legalidad.

 

La diferencia de impuestos entre comunidades puede ser importante en algunos casos, sobre todo si tienes un cierto patrimonio. Aunque este es uno más de los criterios para establecer un negocio o mudarse a otro territorio, es conveniente que lo tengas presente.

Las diferencias tributarias entre comunidades autónomas

Lo primero que hemos de recordarte es que, como principio general, es el Estado quien recauda los tributos. Las principales excepciones son los territorios forales y, en comunidades de régimen común, los impuestos propios. Este elemento es fundamental para que sepas cuáles son las diferencias de tributación.

 

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Los territorios forales (Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra) recaudan los impuestos y, además, tienen potestad normativa sobre tributos como el Impuesto de Sociedades (IS). El resultado es que el tipo general que se paga allí suele ser diferente con respecto al que se dicta en el Estado.

1. IRPF

El IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) es un tributo que recauda el Estado pero en el que, por ley, las comunidades autónomas tienen derecho a recibir el 50 %. La segunda cuestión importante es que cada comunidad tiene potestad normativa (es decir, capacidad de dictar leyes) sobre el 50 % que le corresponde.

 

Las diferencias tributarias entre comunidades autónomas

 

Esto supone que en los distintos tramos del IRPF puede optarse por cobrar lo mismo que el tipo estatal, más o menos. Las autonomías utilizan esa potestad, de manera que hay diferencias de hondo calado. Tal es así que la Comunidad de Madrid cobra un 18,5 % para el tramo más bajo del IRPF y Cataluña el más alto, con un 21,5 %.

Hoy es fácil notar las diferencias por territorios, sobre todo en las rentas bajas. Echa un vistazo a lo que se cobra en tu comunidad porque probablemente no pagues lo mismo que en otros lugares.

2. Impuesto de Sucesiones y Donaciones

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones tiene la particularidad de ser un tributo estatal pero recaudado por las comunidades autónomas sobre el que, además, tienen potestad normativa.

Este impuesto tiene unos mínimos y máximos estatales que están fijados por ley. Lo que sucede es que cada territorio tiene la posibilidad de aplicar deducciones y bonificaciones que, en la práctica, eliminan el pago del tributo. La mayoría de los territorios han hecho uso de su potestad normativa y aplican exenciones para hijos, cónyuges y patrimonios bajos.

Los extremos están, por debajo, en la Comunidad de Madrid, y por arriba, en Aragón, aunque es importante señalar que esta cuantía varía año tras año.

3. Impuesto sobre el Patrimonio

El Impuesto sobre el Patrimonio ha aparecido y desaparecido en función de la coyuntura económica. Este tributo lo impone el Estado, pero las autonomías tienen la opción de cobrar entre el 0,2 y el 2,5 % en alguno de los 8 tramos marcados.

Todas las comunidades autónomas tienen un mínimo exento elevado para pagar el impuesto, que oscila entre los 400.000 euros en Aragón y los 700.000 euros en la mayoría. El resultado es que este tributo solo lo pagan las personas algo pudientes porque no está concebido para quien no tenga propiedades. La tónica es implantar esta figura impositiva en periodos de crisis y retirarla en etapas de expansión económica. Es conveniente que sepas que este impuesto está bajo la lupa de la Unión Europea porque hay dudas de si se incurre en un caso de doble imposición.

Como ves, hay una diferencia importante de impuestos entre autonomías, pero hay que decir que, salvo casos concretos, no es un motivo para mudarse. Sin embargo, no está de más saber qué puedes encontrarte por ahí.