En momentos de incertidumbre económica como el actual, uno de los mayores temores de los trabajadores es el despido laboral. Este despido puede ser de dos tipos, claramente diferenciados: procedente o improcedente, cada uno de los cuales debe cumplir con una serie de condiciones legales y respetar los derechos del empleado.

 

¿Qué entendemos exactamente por despido improcedente?

Los despidos improcedentes son aquellos en los cuales el empleador decide dar por finalizado el contrato de trabajo de un empleado de manera unilateral sin presentar un motivo o una causa justificada. Por ejemplo, cuando se toma esta decisión antes de que un contrato haya finalizado de manera formal.

 

¿Cuáles son las condiciones para que sea considerado despido improcedente?

En el anterior párrafo explicábamos, de manera general, en qué consiste esta clase de despidos, pero ¿cuáles son las condiciones de un despido improcedente? Son las siguientes:

 

No cumplir con los requerimientos legales

Cada tipo de despido debe alinearse con la legislación vigente y poseer unas características determinadas, que se encuentran recogidas dentro de los artículos del 51 al 55 del Estatuto de los Trabajadores. Además, todos los despidos deben cumplir con estas condiciones:

  •  Explicar las razones y motivos por los que se decide llevar a cabo el despido.
  •  Recoger la fecha a partir de la cual se hace efectivo el despido.
  •  Entregar la carta de despido al trabajador en mano y por escrito.

 

Las razones dadas no justifican el despido

Cuando la empresa presenta una serie de razones que no están debidamente justificadas. El empleador no se ha basado en causas objetivas demostrables. En estos casos, el empleado está en su derecho de recurrir dicho despido, pues es la palabra de la empresa contra la de él.

 

El despido está basado en una razón discriminatoria

Se considera una decisión discriminatoria cuando se basa en uno o varios de los siguientes motivos:

  •  Se basa en la edad, raza o sexo del empleado.
  •  La decisión vulnera sus libertades públicas o sus derechos fundamentales.
  •  Vulnera los derechos relacionados con la conciliación familiar y la maternidad.
  •  Vulnera las condiciones propias de los representantes de los trabajadores.

 

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¿Cuáles son las consecuencias de este despido?

  •  La empresa debe readmitir al trabajador con las mismas condiciones que tenía antes del despido y respetar su antigüedad dentro de la empresa. Además, si no ha recibido ningún tipo de indemnización, deberá recibir un salario de tramitación correspondiente a los días en los que ha estado sin trabajar.
  •  De no ser así, la empresa debe pagar una indemnización al empleado. Esta indemnización variará dependiendo de la antigüedad del trabajador en la empresa. Además, si cumple con los requisitos estipulados en el Servicios Público de Empleo Estatal, tendrá derecho a paro.

Es importante aclarar que en los despidos improcedentes la empresa no está obligada a readmitir al empleado, por lo que será suficiente con que pague la indemnización correspondiente por ley.

 

¿Cuál es la indemnización según la normativa vigente?

Si te encuentras en esta situación, debes tener en cuenta el año que empezaste a trabajar. Si lo hiciste antes de 2012, tu indemnización será calculada en dos tramos. Por los años previos a esta fecha recibirás 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades, mientras que por los años posteriores tendrás derecho a 33 días por año trabajado con un máximo de 24 meses.

Es recomendable que tengas claras las condiciones de este tipo de despido, así como la indemnización que te corresponde. De esta manera, estarás debidamente informado en caso de encontrarte en esta difícil situación.

 

El cierre temporal de negocios derivado del confinamiento por la pandemia ha dado lugar a una crisis económica de dimensiones aún desconocidas. En consecuencia, numerosos negocios se están planteando si convertir un ERTE en definitivo. En esta entrada te explicamos las condiciones de empresa para un ERE.

 

El ERE, una medida drástica

El ERE (también conocido como Expediente de Regulación de Empleo) es una de las medidas más difíciles que pueden tomar las empresas cuando dejan de ser económicamente estables. Se trata del despido de un gran número de trabajadores que se lleva a cabo exclusivamente por causas de fuerza mayor y habiendo recibido la autorización previa.

A pesar de las numerosas modificaciones que se han realizado, la legislación es muy clara en este aspecto y estipula cuándo un despido colectivo se considerará un ERE y, por tanto, estará sujeto a una serie de condiciones especiales.

Principalmente, debes tener en cuenta el número de trabajadores que van a ser despedidos en un periodo de 90 días:

  •  10 personas, en caso de que la empresa tenga una plantilla de 100.
  •  El 10 % del personal, si la plantilla está compuesta por entre 100 y 300 trabajadores.
  •  30 miembros del personal, en caso de que la compañía tenga más de 300 empleados.

Asimismo, no olvides que no siempre es necesario despedir a los empleados. Si es suficiente, se pueden imponer reducciones de jornada de manera temporal.

 

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¿Bajo qué circunstancias puede una empresa activar un ERE?

A continuación, te damos a conocer las cuatro situaciones que pueden darse, de acuerdo con la legislación, para que un ERE esté justificado: económicas, productivas, técnicas y organizativas.

 

1. Económicas

La primera situación bajo la que puedes llevar a cabo un despido colectivo es cuando se produzca una disminución persistente de los ingresos del negocio. Es decir, cuando se alcancen tres meses consecutivos en los que el nivel de ventas sea inferior al del mes anterior y, además, inferior al registrado en el mismo trimestre del año previo.

 

2. Productivas

Algo similar ocurre con la demanda de los productos o servicios que preste la empresa, pues si se prevé que esta disminuirá considerablemente, el despido colectivo está igualmente justificado. Ten en cuenta que no hace falta que sea una pérdida de demanda real, sino que puede basarse en una estimación.

Valga como ejemplo que si una circunstancia grave en una región hace que la llegada de extranjeros se limite de manera significativa, una empresa dedicada al sector estará delante de una drástica caída de la demanda. En consecuencia, podrá despedir a parte de su personal.

 

3. Técnicas

Otro tipo de las circunstancias que lo permiten es cuando se produce un cambio brusco en los medios de producción. Por ejemplo, si una fábrica implanta una nueva tecnología que sustituye a la mano de obra humana, puede prescindirse de los empleados argumentando que es una vía para que la empresa incremente su rendimiento.

 

4. Organizativas

Este último tipo de causas es muy similar al anterior, ya que se basa en la implantación de una nueva tecnología que puede sustituir con plena eficacia al personal. Sin embargo, no estamos hablando de motivos técnicos, sino de la dificultad de organizar y de llevar a cabo el trabajo con normalidad.

Como has podido ver, existe multitud de circunstancias que avalan la aplicación de un ERE. Pero recuerda la importancia de contar con un asesor que se haga cargo de analizar la situación de la empresa y, si es necesario, de hacer las gestiones oportunas para que el despido colectivo se produzca legalmente.