Todos los años, las empresas cuyo ejercicio económico coincide con el año natural deben presentar el impuesto de sociedades. Es obligatorio hacerlo dentro de los 25 días naturales que siguen al semestre posterior a la finalización del periodo impositivo. ¿Conoces el procedimiento a seguir?

Pasos y pautas para presentar el impuesto de sociedades

Por lo general, si gestionas una empresa, tendrás que presentar este impuesto entre el 1 y el 26 de julio de cada año. Las excepciones se producen cuando el periodo impositivo no coincide con el año natural. En caso de que el plazo de presentación del impuesto de sociedades caiga en sábado o domingo, la fecha se pospone al día laborable siguiente.

¿Quiénes deben presentar este impuesto?

Las sociedades mercantiles, civiles con objeto mercantil, estatales, autonómicas, provinciales y locales, las cooperativas, las unipersonales y las agrarias de transformación deben presentar esta declaración. Además, han de hacerlo las asociaciones, fundaciones e instituciones, así como las agrupaciones de interés económico.

Por otra parte, también las uniones temporales de empresas, las comunidades de titulares de montes vecinales en mano común y determinados fondos han de cumplir con este requisito.

Cómo se presenta el impuesto de sociedades

El procedimiento a seguir es común para todas las organizaciones afectadas. A continuación, te presentamos una guía de referencia sobre los pasos que debes dar para llevar a cabo este trámite:

  • La presentación ha de hacerse, obligatoriamente, a través de Internet.
  • Para ello, es imprescindible contar con un certificado electrónico.
  • Existen dos modelos para cumplimentar y presentar este impuesto: el 200 y el 220.
  • El 200 es el modelo general, común para la mayoría de los contribuyentes que deben presentar el impuesto de sociedades, con independencia de su actividad y tamaño.
  • El 220, por otra parte, es el indicado para las sociedades dominantes de los grupos que tributan con consolidación fiscal. Las cooperativas son uno de los tipos de empresas afectadas por este requisito.
  • Si te corresponde el punto anterior, como grupo deberás presentar el modelo 220. Pero, además, cada una de las empresas integradas en el grupo tendrán que presentar de forma individual el respectivo modelo 200.
  • El punto de partida de la gestión es establecer la cantidad a pagar. Para ello, tienes que calcular la base imponible considerando las ventas, los ingresos, las compras y los gastos. Al hacerlo, tienes que restar al importe de la renta del periodo impositivo en cuestión las bases negativas de los años anteriores.
  • Con tal fin, tendrás que basarte en el resultado contable, calculado a partir del método de estimación directa, el cual es el más habitual.
  • Algunos de los gastos se pueden deducir fiscalmente. En cuanto al porcentaje aplicable, depende de cada ejercicio y de las particularidades específicas de cada situación.

Cómo rellenar el modelo 200

Las siguientes son las pautas de partida para cumplimentar la primera página de este formulario:

  • Para cumplimentar el periodo impositivo, establece la fecha de inicio y cierre de tu ejercicio económico.
  • Para identificarte como declarante, pega las etiquetas que te habrá facilitado la Agencia Tributaria.
  • Para calificar tu tipo de ejercicio económico, márcalo con un uno (12 meses coincidentes con el año natural), un dos (12 meses no coincidentes) o un tres (duración inferior a 12 meses).

A continuación, rellena el anexo con tu código CNAE, el dato sobre la declaración complementaria o no y tu firma. Como documentación adicional, debes aportar el balance económico, la cuenta de pérdidas y ganancias, la justificación de los impuestos satisfechos y otros requisitos específicos.

El momento de la presentación

Cumplimentar y gestionar el impuesto de sociedades es imprescindible desde un punto de vista legal. Puedes asumir esta labor tú mismo o buscar la colaboración de profesionales que lo hagan por ti. ¿Qué opción prefieres?

La reforma de las pensiones aprobada en agosto conlleva  una serie de cambios que te afectan directamente. Los repasamos a continuación.

Una subida anual según la inflación

El uno de enero se actualizarán las pensiones teniendo en cuenta la inflación media anual del año anterior. Hasta ahora, lo habitual era compensar este dato cuando la inflación era superior al incremento aprobado. Si el IPC es negativo, algo extraño, las pensiones no subirán.

Una vez cada cinco años se analizarán las consecuencias de la revalorización. El objetivo es comprobar si los pensionistas pueden conservar su poder adquisitivo.

Perjuicios si apuestas por la jubilación anticipada

Comenzarán en 2024. Los coeficientes a valorar serán mensuales. Se beneficiarán las prejubilaciones que se lleven a cabo 13, 16 o 19 meses antes.

Las que se pretendan llevar a cabo 23 o 24 meses antes, y también las que se soliciten con uno, dos o tres meses de antelación, se verán perjudicadas. La reforma busca que trabajes hasta que tengas derecho a jubilarte y que retrases tu fecha de jubilación.

Si eres un trabajador que cobra más que lo estipulado para la pensión máxima, se te cambiará el sistema de coeficientes, que supone una reducción del 0,5 % por cada mes que adelantes tu jubilación.

Un cheque si retrasas tu jubilación

Si sigues trabajando a pesar de tener edad para jubilarte, se te premiará con un 4 % más de pensión por cada año completo. Podrás también recibir la diferencia en un cheque cuya cifra dependerá de los años que hayas cotizado. La cifra estará entre los 4 786 y los 12 060 euros.

Otros supuestos a tener en cuenta

Si te prejubilas por causas no imputables a tu persona, se te aplicarán los coeficientes reductores si cuando te prejubiles has cobrado el subsidio de desempleo durante el trimestre anterior.

Siempre que el resultado te beneficie, se usarán estos coeficientes que serán mensuales y no trimestrales (algo que afecta también al resto de trabajadores).

De prejubilarte por las características de tu trabajo, especialmente por peligrosidad o toxicidad, se valoraría tu caso y se te permitiría jubilarte 24 meses antes de la fecha que te corresponda.

El informe previo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones confirma que estas pensiones se regularán de manera más detallada y siempre prestándoles atención a los factores que afecten a la integridad del trabajador.

La derogación de la reforma del 2013

El Partido Popular aprobó una reforma que debería haber entrado en vigor dentro de dos años. Se basaba en el recorte de la pensión dependiendo de la edad y salud de cada trabajador. El objetivo era preservar los fondos para la jubilación progresiva de los nacidos en las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado.

El cambio en los coeficientes y el resto de supuestos, a priori, parece ser beneficioso para los trabajadores. La subida anual y los premios al retraso de la jubilación son dos grandes novedades que han de valorarse en su justa medida. El Gobierno promete seguir perfilando el anteproyecto hasta conseguir una fórmula adecuada y justa para los que llegan al final de su vida laboral.

Todo dependerá de tu caso particular y de los cálculos que realices. Sea como sea, en 2024 comenzará a comprobarse la eficacia de una reforma que ha provocado cierta polémica y que, posiblemente, no llegue a llevarse a cabo en caso de cambio político en las próximas elecciones.

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Existen diferentes formas jurídicas bajo las que crear una empresa. Pero constituir una sociedad limitada es una de las mejores si eres un pequeño o mediano empresario. Vamos a explicarte los pasos, rápidos y sencillos, que debes seguir para hacerlo.

¿Cómo crear una sociedad limitada? Pasos para hacerlo

Crear una sociedad de tipo limitado exige varios trámites indispensables, jurídicos y fiscales. Vamos a mostrártelos.

1.- Registrar el nombre de tu empresa

Lo primero que debes hacer es registrar el nombre de tu sociedad. Para ello, tienes que dirigirte al Registro Mercantil Central y solicitar un certificado negativo de denominación social. Este documento acredita que no existe otra sociedad con el mismo nombre.

Una vez te hayan dado el certificado, tu denominación quedará reservada para ti durante un plazo de seis meses, aunque solo dispondrás de tres para registrarlo ante notario.

2.- Abrir una cuenta de banco a nombre de la sociedad

A continuación, debes abrir una cuenta bancaria a nombre de la sociedad e ingresar en ella los 3000 euros que constituyen el capital social mínimo. El banco te emitirá un certificado necesario para constituir la entidad ante notario.

3.- Redactar los estatutos sociales

Damos este nombre al conjunto de normas que van a regir el funcionamiento de tu sociedad. Actualmente, puedes utilizar la fórmula simplificada, pero ten en cuenta que deben figurar en ellos los siguientes datos:

  • La denominación «sociedad de responsabilidad limitada».
  • El objeto social.
  • El domicilio social.
  • El capital social y las participaciones de cada socio.
  • El sistema de administración.
  • La fecha anual de cierre de cada ejercicio.

4.- La escritura pública de constitución

Esta se firma ante notario por parte de todos los socios. Por ello, hay que pagar una cantidad que suele ser un porcentaje sobre el capital social escriturado.

Para cumplimentar este trámite, además, tienes que presentar varios documentos. Entre ellos, los estatutos sociales, el certificado negativo del registro mercantil, la certificación del banco de la aportación del capital social y el documento de identidad de cada socio.

5.- Trámites en la Agencia Tributaria

Una vez has dado todos los pasos anteriores, te llega el turno de realizar varias gestiones con Hacienda. Una es solicitar el CIF provisional de la sociedad. Tienes que presentar el modelo 036 y fotocopias del DNI y de la escritura de constitución.

Por su parte, otro trámite es el alta en el impuesto de actividades económicas (IAE). Para hacerlo, si tu cifra de negocio es inferior a un millón de euros, basta con que presentes el modelo 036 o declaración censal donde consignarás los epígrafes de tu actividad. Justamente esta presentación es una tercera gestión.

6.- Inscripción en el Registro Mercantil de la sociedad

El siguiente paso es inscribir la nueva sociedad en el Registro Mercantil de tu provincia en un plazo dos meses de plazo desde la escritura de constitución.

Además de esta, debes aportar el certificado negativo de denominación social, la copia del CIF provisional y el alta en el IAE.

7.- Obtención del CIF definitivo

Por último, una vez realizados todos los pasos anteriores, debes volver a Hacienda para cambiar tu CIF provisional por el definitivo. Tu sociedad limitada ya es efectiva.

En conclusión, crear una sociedad limitada no es difícil. Sin embargo, la forma más rápida de hacerlo es ponerte en manos de profesionales jurídicos que te asesoren y se encarguen de agilizar los trámites.

¿Has gestionado alguna vez una empresa? Si es así, seguro que estás acostumbrado a utilizar ratios económicos para interpretar cómo van las cosas. Si estás empezando y todavía careces de experiencia, estás en el lugar perfecto para familiarizarte con ello.

La liquidez es decisiva

Imagina que solo llevas 2 euros encima. Has perdido la cartera, los bancos están cerrados porque es de noche y te has quedado solo en una ciudad desconocida. Normalmente tomarías un taxi para volver a tu hotel, pero como no podrás pagar al conductor, debes regresar andando: tienes un problema de liquidez que te impide actuar con normalidad.

Si trasladas esta analogía al ámbito empresarial, tendrás claro qué es la liquidez y cómo afecta a tu negocio. Cuando tienes problemas para abonar tus pagos cotidianos, el bloqueo no tarda en llegar.

Para evitarlo con la necesaria antelación, actuar en consecuencia y prevenir estas dificultades, calcular y considerar el ratio de liquidez es la mejor alternativa.

La liquidez en un ratio

En el área económica, los ratios son relaciones cuantitativas entre dos magnitudes o fenómenos que reflejan una situación específica. Por ejemplo, la productividad, la rentabilidad o la distribución de las inversiones.

Los ratios de liquidez te permiten controlar tu tesorería antes de que sea tarde. El indicador de liquidez representa qué capacidad tiene tu negocio para afrontar sin problemas sus próximas obligaciones y abonos.

Anticipa, por lo tanto, el corto plazo. Está relacionado con el fondo de maniobra, pues este refleja en porcentajes la realidad que el ratio indica en valores absolutos.

Cómo calcularlo

No necesitas ser matemático para poder conocerlo. La fórmula es, en realidad, muy sencilla: divide tu activo corriente entre el pasivo corriente.

Dicho de un modo más cercano, sigue estos tres pasos:

  • Suma tus derechos de cobro a corto plazo con las existencias y la tesorería. Esto es el activo corriente.
  • Suma, a continuación, las obligaciones de pago que tienes y todos los compromisos que debes resolver a corto plazo. Es decir, el pasivo corriente.
  • Divide ambas cantidades, poniendo el activo como divisor y el pasivo como dividendo.

Interpretando el resultado

Solo hay tres posibilidades:

  • Si obtienes más de uno, refleja buena salud financiera. (Salvo que sea una cantidad demasiado grande, en cuyo caso estarás perdiendo rentabilidad. Si te ocurre, elige una buena inversión).
  • Si obtienes menos de uno, ten cuidado. Posiblemente tendrás problemas de pago antes de un año. Busca un buen asesoramiento de expertos para mejorar tu liquidez y encontrar alternativas, por ejemplo obtener un  préstamo ICO.
  • Si el dato es igual a uno, estás en el alambre. Pon en relación la cantidad obtenida con las de los periodos precedentes y siguientes, para hacerte una idea de tu situación real.

De lo que no debe quedarte duda alguna es de que la información es fundamental. Solo si conoces a tiempo lo que está ocurriendo y sus riesgos podrás actuar correctamente.

La ausencia de liquidez no es, necesariamente, un signo catastrófico. De hecho, es normal si estás invirtiendo para realizar un gran proyecto que cobrarás después. Pero debes estar preparado para hacerle frente. Si no, puede provocar una parálisis económica en tu actividad con preocupantes consecuencias.

Por lo tanto, debes calcular y chequear los ratios de liquidez de tus proyectos periódicamente. Te vendrá bien, sobre todo, en los primeros meses de actividad de tu empresa, al afrontar nuevos retos y negocios, en las épocas de menos explotación comercial… No permitas que te pille el toro de la falta de liquidez: déjate ayudar por especialistas contables.

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