La asesoría contable o la contratación de un recurso que nos organice y controle nuestras cuentas, es uno de las cuestiones más complejas de tratar en la gestión y manejo de nuestras empresas en todo lo relacionado al área contable y financiera. Esto lleva a preguntarnos: ¿qué es mejor?, ¿un asesor externo o un contable contratado internamente? Si esta duda está merodeando tu mente, no te preocupes, te la vamos a solventar.
Es algo habitual que en las empresas nos solamos preguntar mucho por cómo gestionar óptimamente nuestras cuentas, que estén bien organizadas, que los impuestos sean cubiertos conforme a ley, que los contratos de nuestros empleados estén acordes a su desempeño en la empresa, que la tesorería esté controlada y no nos dé quebraderos de cabeza, o que tengamos un conocimiento de las leyes lo suficientemente completo como para no incurrir en errores que nos lleven a tener que solventarlos de no muy buena forma. Dicho lo cual, las ventajas de externalizar esta área son considerables. Pero, en concreto, ¿cuáles son los trabajos a desempeñar por un contable?
- Revisión de estados financieros.
- Análisis de gastos e ingresos.
- Preparación y presentación de impuestos.
- Revisión de la normativa vigente.
- Cuentas de resultados a lo largo del ejercicio.
- Balances bien organizados.
- Asesorar sobre medidas que beneficien a las cuentas de la empresa.
- Estrategias de crecimiento empresarial.
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La asesoría contable se centra principalmente en la guía constante y en el acompañamiento profesional a las empresas, lo que les garantiza el resolver dudas y conflictos relacionados con la situación financiera. En sí, un asesor contable es el encargado de realizar un análisis al detalle de los estados financieros con el fin de establecer estrategias que permitan la correcta toma de decisiones en pro del crecimiento de la empresa.
Así pues, dentro de sus responsabilidades encontramos:
- Disminución del riesgo financiero.
- Revisión de inversiones.
- Asignación de activos.
- Revisión y planificación de seguros y coberturas.
- Análisis de la industria, con el fin de anticiparse a los cambios de la misma.
- Guía y seguimiento de estrategias.
- Política de amortizaciones.
Entonces, ¿en qué radica la diferencia?
Una buena asesoría, con una amplia gama de profesionales en las distintas ramas que nos pueden afectar en una empresa, bien sea la parte contable, la jurídica o la laboral, nos lleva a estar tranquilos en muy diversas materias, claves en el buen recorrido de nuestras sociedades. Por el contrario, tener contratado a un contable, sin más, nos cubre los conocimientos en una sola área, pero, ¿y las demás?, ¿las dejamos sin profesionales que nos cubran ese asesoramiento?, ¿y los problemas que esto no puede conllevar? La opción es muy clara: contratemos una asesoría que cubra todas estas necesidades. Por el bien de nuestras empresas.