¿Te has visto afectado alguna vez por un expediente de regulación de empleo? ¿Lo vas a estar en los próximos días? Si es así, aunque tu empresa se haya acogido a este procedimiento, quizá no conozcas las condiciones de un ERE y cuándo pueden los ERTE convertirse en ERE. Te aportamos todos los detalles.

 

Qué es un ERE y las condiciones para que una empresa pueda aplicarlo

Los ERE están pensados para que todo tipo de organizaciones eviten problemas de solvencia reduciendo las horas de trabajo de sus empleados o incluso prescindiendo de ellos. En definitiva, es un mecanismo que se usa para reducir la plantilla de una empresa cuando la misma pasa por dificultades.

Dependiendo de las causas por las que la organización desee prescindir de sus empleados, estaríamos hablando de tres tipos de ERE, que se detallan a continuación.

ERE de extinción. Dentro de este mecanismo, es el más habitual. Es altamente conocido como despido colectivo, esto es, cuando la compañía quiere despedir a todos o a parte de su plantilla. Para aplicar este ERE, la compañía puede alegar causas económicas (pérdidas contables o futuras, cuando durante tres trimestres seguidos los ingresos sean menores a los anteriores), técnicas (si hay cambios en la producción) y organizativas (cuando se produzcan cambios en sistemas o métodos que usan los trabajadores para desempeñar su puesto).

La organización debe presentar una propuesta al comité de empresa o a los representantes laborales con toda la documentación que justifique el ajuste de empleo, aceptando o no esta propuesta. Si se acepta, los despidos salen adelante y, si no, se lleva a la justicia competente para que actúe. Los empleados recibirán una indemnización y, además, podrán solicitar paro.

ERE de suspensión. Es el segundo más importante. El de suspensión se lleva a cabo cuando, de manera temporal, se suspende la relación entre la empresa y el trabajador. Como en el caso anterior, la suspensión puede ser de manera temporal o definitiva.

ERE de reducción de jornada. Como su propio nombre indica, este expediente de regulación de empleo se da cuando la compañía desea reducir las horas que figuran en el contrato de sus trabajadores. Eso sí, siempre debe ser durante un periodo determinado.

Los dos últimos tipos, que son menos frecuentes, pueden tratarse de ERTE, expediente de regulación temporal de empleo. Llegados a este punto, ¿puede un ERTE convertirse en un ERE definitivo? Te damos la respuesta.

¿Un ERTE puede convertirse en ERE?

En un principio, no. No obstante, sí puede ocurrir (pese a que el Gobierno, en la crisis del coronavirus, ha prohibido los despidos seis meses después tras el estado de alarma) si la empresa decide cerrar por completo tras el ERTE, por lo que cada trabajador deberá percibir una indemnización por despido.

 

Asesoría sobre Ere y Erte

 

Si persisten los problemas económicos, las empresas pueden verse abocadas a presentar concurso de acreedores, por lo que las compañías presentarían un ERE y los empleados tendrán que acudir al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) para recibir parte de la indemnización por despido laboral.

Algunas empresas que se han visto afectadas por la pandemia del COVID-19 no han presentado ningún ERTE, puesto que el Gobierno prohíbe los despidos al menos durante los próximos seis meses. Así, las organizaciones que han optado por este camino podrán despedir sin objeciones mediante ERE.

Ya conoces las condiciones o razones por las que una empresa puede presentar un ERE y los tipos que existen, las cuales no debes confundir con un ERTE. Sin embargo, recuerda que un ERTE sí puede convertirse en un ERE pese a la prohibición del Gobierno de España.

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