La agenda del Gobierno de España para 2021 traerá consigo la derogación de la reforma laboral de 2012, en un intento por reforzar la contratación indefinida, y que incluirá la subida del SMI (Salario Mínimo Interprofesional). Sin embargo, se prevé que a todas las empresas no les afectará por igual verse obligadas a incrementar los salarios de sus trabajadores.
¿Qué es el Salario Mínimo Interprofesional?
El SMI se podría definir como un suelo de contratación de carácter obligatorio, es decir, todas las empresas estarían obligadas a pagar a un trabajador por sus servicios una cantidad igual o superior a la fijada por el SMI.
El SMI se establece como una retribución a razón de una jornada laboral de 40 horas a la semana; respetando esta proporción, una empresa podría realizar una contratación por menos horas y seguir ajustándose al SMI.
Durante 2021 se espera que entre en vigor la subida del salario mínimo interprofesional, desde los 900 euros actuales hasta una horquilla que oscilará entre 1000 y 1200 euros.
¿Qué objetivos persigue una subida del SMI?
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Luchar contra la precariedad laboral
El SMI ha experimentado una subida del 34 % durante los dos últimos años; con ello, se ha pretendido paliar la precariedad que sufren los trabajadores con menos ingresos, y que sirve como caldo de cultivo para multitud de problemas sociales.
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Incentivar el capital humano
Subir el SMI contribuye a reducir la rotación laboral; de esta forma, se consigue que los trabajadores experimenten una mejora de sus competencias profesionales al dárseles la oportunidad de hacer carrera en una empresa.
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Elevar la productividad
Los salarios más elevados influyen positivamente en la motivación de los trabajadores: un trabajador motivado tenderá siempre a ser más productivo en sus funciones.
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Aumentar el valor añadido de los puestos de trabajo
Mediante esta medida, se fomenta la inversión y se suprimen puestos de trabajo de baja cualificación; por consiguiente, se mejora el perfil profesional promedio, capaz de conferir valor añadido a sus tareas.
¿Cómo afectará a las empresas la subida del SMI?
Puede resultar contraproducente que una medida destinada a la mejora de la calidad de los empleos y a combatir la precariedad laboral pueda traducirse en cierres y despidos: lamentablemente, el panorama empresarial de España podría ser más propenso a recoger el segundo escenario, por lo que la subida del salario mínimo podría no tener consecuencias tan positivas para las empresas
Las grandes corporaciones conseguirán adaptarse al incremento de costes efectuando mejoras de su gestión interna, pero la gran mayoría de las pymes españolas no podrá absorber los nuevos sobrecostes de personal y se podrían ver obligadas a despedir empleados, o incluso a cerrar.
¿Y por qué sucederá esto?
- Las grandes organizaciones poseen un músculo financiero lo suficientemente fuerte como para invertir en la reorganización de sus propios recursos, y compensar las subidas salariales con mejoras en la productividad
- Por el contrario, es altamente probable que las pymes españolas se queden atrás y no puedan soportar estos costes sin repercutirlos en el precio final de sus productos o servicios, lo que mermará su competitividad en el mercado.
Concretamente, los sectores del ocio, peluquerías y agricultura son los más susceptibles de ser golpeados por las consecuencias de la subida del SMI; destaca el caso del sector agrícola, que aglutina a cientos de pymes y a millones de trabajadores en la denominada España vaciada.
Se puede apreciar que la relación entre la subida del salario mínimo y las empresas dibujará un escenario de incertidumbre laboral y económica en España: la creación de puestos de trabajo más especializados y mejor retribuidos podría suceder en detrimento de los trabajos de más baja cualificación.